lunes, 8 de agosto de 2016

FORTALECIMIENTO DE HÁBITOS Y RUTINAS EN LA ETAPA ESCOLAR



FORTALECIMIENTO DE HÁBITOS Y RUTINAS

LA IMPORTANCIA DE LOS HÁBITOS Y LAS RUTINAS PARA LOS NIÑOS:
Los niños necesitan seguir una rutina para sentirse seguros y tranquilos en su ambiente. Esta rutina establece horarios, pero además Los hábitos repetitivos ayudan a construir un equilibrio emocional, que les proporciona un mecanismo importantísimo para su educación y para la construcción de su personalidad

La repetición de los actos cotidianos forman hábitos y la repetición de hábitos forman virtudes


BENEFICIOS DE LOS HÁBITOS Y RUTINAS EN LOS NIÑOS:

1. Para que un niño se sienta seguro tiene que adquirir hábitos. 
2. Los niños no conocen el orden de las cosas cuando nacen, por lo que los adultos debemos enseñarles a organizar su vida mediante horarios estables asociados a rutinas, es decir, a través de actividades que se hacen todos los días de la misma manera.
3. Se repiten rituales que ayudan a que el niño vaya asimilando un esquema interno que convierte su mundo en un lugar predecible y, por lo tanto, seguro. 
4. La alimentación, sueño e higiene son los primeros hábitos que tienen que aprender los niños. "La rutina diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. La rutina da una sensación de seguridad. La rutina establecida da un sentido de orden del cual nace la libertad.

¿QUÉ SON LOS HÁBITOS Y LAS RUTINAS PARA LOS NIÑOS?

- LA RUTINA es una costumbre personal establecida por conveniencia y que no permite modificación, es decir, es inflexible; por ejemplo, colgar la bata en la percha antes de salir de clase. 
- EL HÁBITO es un mecanismo estable que crea destrezas y que además podemos usar para distintas situaciones: por ejemplo, abrocharse.  Según Antonia Fernández Gutiérrez  “Son costumbres, actitudes, formas de conducta o compartimientos que conllevan pautas de conducta y aprendizajes.
El hábito bien adquirido y usado nos permite hacer frente a los acontecimientos cotidianos”
- Los hábitos y las rutinas aportan un mecanismo importantísimo de constancia y regularidad y, por eso son fundamentales tanto para la vida familiar como la escolar. 
Con frecuencia los escolares tienden a ser desordenados, pierden las cosas. Es necesario definir con ellos lugares específicos para guardar la ropa, los zapatos, los juguetes, los útiles escolares. Puede ser en un armario, o en cajas marcadas, o aun en el suelo, pero cada cosa en un lugar y un lugar para cada cosa. Hay que enseñarles a devolver a su lugar los objetos después de utilizarlos, así los volverán a encontrar fácilmente.
Arreglar el cuarto de los niños o encontrarles todo lo que pierden puede evitar desavenencias, pero no ayuda a formarlos como seres autónomos; los vuelve dependientes, acostumbrándolos a que otros respondan por sus obligaciones. Está bien ayudarlos, pero ello debe aprender progresivamente a ordenar sus cosas solos.

 HÁBITOS DE CORTESÍA
 Se han ido perdiendo en la agitada vida moderna. Saludar, agradecer, ser puntual, ceder el paso a los ancianos, escuchar con interés, contestar cortésmente, esperar el turno, no interrumpir a los demás, ayudar a cargar, ceder el asiento, etcétera, son hábitos que los niños deben aprender en la edad escolar. Esto les desarrolla habilidades sociales, permite que sean mejor aceptados en su comunidad y los hace mejores ciudadanos. Si los adultos son corteses con ellos, aprenderán a serlo ellos también.

HÁBITOS DE HIGIENE 
El baño corporal frecuente, de ser posible diario; lavarse las manos antes de cualquier comida o después de ir al baño; cepillarse los dientes después de cada comida y usar la seda dental. Los niños deben aprender a hacer su higiene personal solos, no como un obligación, sino como algo fundamental para su salud; ocasionalmente es bueno recordarles que limpien mejor sus orejas, cuello, axilas, genitales, codos y rodillas. También deben aprender el hábito de ahorrar agua y usar adecuadamente los elementos de aseo.



EJERCICIO
Los escolares necesitan para su desarrollo integral hacer ejercicio todos los días. El deporte es una muy buena oportunidad para ello, pues desarrolla sus capacidades de movimiento, equilibrio y coordinación; permitiéndoles además compartir sanamente con amigos, al tiempo que se desarrollan hábitos de orden y cortesía. Practicando un deporte se aprende la importancia de respetar las normas y trabajar en grupo. Es necesario facilitarles oportunidades, espacios y elementos para la práctica de la actividad física. El ejercicio y el deporte en familia son una de las formas más agradables de enseñar y dar afecto.

ESCUCHAR MÚSICA Y LEER
Son dos hábitos que se aprenden. No se puede pretender que si en casa nadie lee ni escucha música, los niños adquieran el gusto por estas actividades. Si estos hábitos se aprenden como una obligación, no como actividades enriquecedoras y agradables, los niños las abandonarán en cuanto puedan. Si por el contrario se aprenden como hábitos que producen satisfacción y alegría, enriquecen el espíritu y permiten el libre viaje de la imaginación, persistirán para siempre. Leer y escuchar música son actividades que fortalecen la unidad familiar y permiten apropiarse de la cultura.



HÁBITOS DE ESTUDIO
Si bien los niños son curiosos y quieren siempre aprender cosas nuevas, la mayoría necesitan un apoyo en su aprendizaje; por ello es muy importante crear hábitos de estudio, lo cual se hace como con los otros hábitos: en horas determinadas, en el mismo lugar y con los materiales apropiados; lo que se espera lograr es que sean rutinas que se hacen automáticamente.

Es necesario acordar horarios, dejando tiempo suficiente para jugar, verse con los amigos o ver televisión. El sitio para estudiar debe ser un lugar tranquilo, silencioso, libre de estímulos externos como el televisor o la radio, con buena luz, con suficiente espacio y con todos los materiales necesarios al alcance. Es aconsejable tener un escritorio o mesa de trabajo ordenada, así como una biblioteca pequeña pero suficiente.
Demostrarles interés en sus trabajos y alentarlos en su realización es básico para mantener su entusiasmo y deseo de aprendizaje. Es necesario enseñarles a terminar lo que empiezan y a hacer su trabajo lo mejor posible. Así mismo, es recomendable que los niños lleven un cuaderno organizado donde estén anotadas las tareas asignadas. Los deberes cumplidos deben organizarse adecuadamente en el maletín escolar para evitar pérdidas o daños que pueden crear dificultades y desestimular el hábito de estudio. Los adultos pueden acompañar a los niños, leyendo o haciendo sus propias tareas, mientras ellos estudian: así les dan ejemplo.

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